martes, 1 de septiembre de 2009

Como esperando a los Reyes Magos...

Me cuesta hacer memoria. Y no me refiero a recordar lo que hice hace un par de semanas, sino...a lo que me pasó hace 47 años. Pero hoy lo he hecho.

Esta mañana, recordé el primer momento importante de mi vida. Importante y positivo.

Anoche me acosté temprano. No tenía mucho sueño, pero la pastilla para dormir más los 8 mg. de corticoides que tuve que tomar para prepararme para hoy, me dieron sueño.

Me acosté a las 01.00 hs. de la madrugada y no quiero imaginar que habrá pasado por mi cabeza durante esta noche, pero al despertarme (a las 07.00 hs.) abrí los ojos con una sensación especial.

Mi cuerpo estaba atravesado en la cama. No digo con esto que tenía la cabeza donde van los pies..que va!. Estaba atravesada perpendicularmente al colchón.

Además de esta extrañísima posición descubrí que las almohadas estaban en el suelo y la sábana que se suponía me taparía estaba enrollada en la cabecera.

Pese a lo ridículo de la situación, yo sonreí. Y miré el cielo por la ventana y vi que el día estaba gris. Pero yo, volví a sonreír.

Mi corazón palpitaba fuerte, estaba muy emocionada. Me acomodé en la cama "como corresponde" y vi como mi gato me daba los buenos días lamiéndome la mano.

Lo acaricié y le dije HOLA cariño.

Acto seguido, volví a mirar al cielo y dije...hoy es el ULTIMO DÍA.

Y recordé cuando tenía un año, y no podía dormir porque al día siguiente, llegaban los Reyes Magos. En cuanto abrí los ojos, miré la cama de mi madre y vi que estaba durmiendo. La desperté y le pregunté "habrán llegado los Reyes Magos?".

Mi madre sonrío y se levantó. Me cogió de la mano y abrió la puerta de la habitación para comprobar si realmente, ya habían pasado.

Cuando vi en la puerta un paquete grande, los cuencos del agua y el pasto vacíos me quedé petrificada.

En mi país se le ponen a los reyes magos:

* Tus zapatos
* Agua para los reyes
* Pasto para los camellos

El corazón se me salía de la boca, abracé con fuerza el paquete y me senté en el suelo. No quería abrirlo, quería abrazarlo porque deseaba que tal vez, dentro de el estuviera esa muñeca que hablaba y que tanto me gustaba.

Finalmente lo abrí y sí, allí estaba.

Pero el regalo hoy, 47 años después no es lo más importante. Lo mejor de todo fue levantarme con esa sensación de emoción, de felicidad, algo muy especial que no sé si puedo explicar.

Y esta mañana he sentido eso. Me he despertado sabiendo que hoy recibiría la ULTIMA QUIMIOTERAPIA.

Como dijo mi hermana...tengo que dar gracias. A la quimio porque me redujo el tumor, a los profesionales porque haberte tratado tan bien, a mi gente por acompañarme y apoyarme desde cerca y desde lejos, y a mi cuerpo por haber resistido. Y así lo hice.

Una vez recordado ese gran momento de los Reyes Magos, me levanté, me duché, me puse mi camiseta verde de la buena suerte y mi pañuelo verde hippie comprado en Argentina.

Repasé el bolso que tenía ya preparado desde la noche anterior con la carpeta rosa con los informes médicos, las medicinas, el libro, las gafas, el ipod...y el bocata de tortilla de patatas que pensaba comerme mientras esperaba las largas horas que...ya me conozco. Y salí de casa.

Llegué con mi amiga D al hospital y...rutina ya conocida.

Cuando me sacaban sangre le dije a Rosa, mi enfermera favorita que era MI ULTIMO DÍA.

Al terminar de sacarme sangre y dejarme la vía abierta para la quimio, se levantó, me abrazó, me dio dos besos y me dijo "que tengas mucha suerte".

Luego mi oncóloga me recibió con una sonrisa como siempre, hablamos de la operación, me revisó, le hice las mil quinientas preguntas habituales y ya sólo quedaba la quimio.

Yo tenía una sensación rara, era el último día que iba a estar en esa sala, llena de sillones verdes y de mucha gente "enchufada". Pero no podía estar contenta, había mucha gente que no estaba contenta y yo, en silencio, me solidaricé con ellos.

No me pareció correcto entrar con una sonrisa y decir ALA..QUE ES MI ULTIMO DÍA. Para muchos, era su primer día, lo vi en sus ojos, lo reconocí en sus lágrimas y en sus caras de pánico.

Por eso, intenté recibí mi último ciclo de quimio como si fuera uno más. Pero como pude le conté al enfermero que me conectó...que era mi última vez. Me sonrío, me hizo un par de chistes y así pasé la siguiente hora y media.

Cuando terminó, me fui. Llegué a casa y me acosté a dormir, pero no dormí mucho.

Y ahora estoy como cuando era pequeña, emocionada sin poder gritar a los cuatro vientos que llegaron los Reyes Magos...y que ya no volveré a recibir quimioterapia.

Quisiera gritar que ya pasado una etapa, que comienza otra, y la más dura ha quedado atrás.

Pero no puedo hacerlo, no sé porque, pero sí quería contarlo aquí. Tal vez sea porque yo soy... de alegrías retrasadas:-).

Ojalá todos los que estén pasando por esta etapa recuerden...en todo momento, que esto, se pasa. Y que el cáncer se cura. Y que la quimio, termina.

Y si yo, que nunca he estado enferma, jamás hospitalizada y soy hipocondríaca...he podido superarlo, todos pueden hacerlo.

Viva...hoy para mi han llegado otra vez, los Reyes Magos!!!.