sábado, 29 de agosto de 2009

Amarillos

Hace 2 días que regresé de Los Caños de Meca, en Cádiz. Mi gran amigo B tiene una casa allí y si bien no pude tomar el sol, tomé atardeceres y lunas.

Allí me cuidaron y mimaron de manera tal, que me olvidé que tenía cáncer...al menos durante una semana.

Y ahora que he regresado...sólo quiero que llegue el próximo martes 1 de septiembre, porque será el día que reciba EL ULTIMO CICLO DE QUIMIOTERAPIA.

Lo raro de esto es que, debería estar contenta no? Pues lo que estoy es muy emocionada.

Quizás la "emoción" no sea el sentimiento más lógico, pero yo no soy muy lógica así que confirmo que eso...es lo que siento.

Lloro pero de emoción. Pienso en cuando empezó todo esto y lloro. Recuerdo lo duro que fue empezar la quimio y lloro. Hago cuentas y me encuentro casi 6 meses después, terminando una etapa dura...y lloro.

Pero insisto en que no estoy triste, es como si una parte de mi, la Kris adulta...acariciara la cabeza (llena de este nuevo pelo/pelusa que me ha salido) y le dijera a la pequeña Kris "...ves, todo ha pasado ya. Ya no te queda nada, ya has aguantando 8 ciclos de quimio. Eres fuerte, eres valiente, tu cuerpo ha resistido, tu cabeza sigue en su sitio. No te has dejado vencer por la pena, la rabia, el dolor o la impotencia, has podido con esto y te espera una vida estupenda cuando todo esto pase. Y recordarás esto como algo que te hizo aprender".

Y por eso lloro.

Y entre tanta lágrima, estoy leyendo un libro que me recomendaron en el foro de cáncer de mama al que entro habitualmente porque es genial, porque todas las mujeres que comentamos allí estamos pasando por lo mismo, que se llama El Mundo Amarillo de Albert Espinosa.

Cuando empecé a leerlo me puse a llorar, pero luego, me he reído y hasta me he emocionado.

En la contratapa dice que "El mundo amarillo habla de lo sencillo que es creer en los sueños para que éstos se creen. Y que el creer y el crear están solo a una letra de distancia".

Me gusta mucho cuando el autor dice que lo más importante del libro es que descubras a los "Los Amarillos. Ellos son el nuevo escalafón de la amistad, esas personas que no son mi amantes ni amigos, esa gente que se cruza en tu vida y que con una sola conversación puede llegar a cambiártela".

Albert Espinosa tuvo cáncer desde los 14 a los 24 años y cuenta como lo vivió y que aprendió pero sobre todo, El Mundo Amarillo es el mundo en el que le gusta vivir, independientemente de lo que haya perdido, sigue vivo y vive la vida sin dejar escapar nada que pueda hacerle feliz.

Y leyéndolo, lloro y me río, pero es genial porque ya tengo una lista de muchos amarillos que hay en mi vida y por eso, tengo que estar agradecida.

sábado, 15 de agosto de 2009

Estás estupenda!

Nunca pensé que esta frase podría molestarme tanto.

Ahora, en casi la recta final de la quimioterapia...cuando sólo me queda 1 ciclo para TERMINAR esta fase...he descubierto que hay cosas que me molestan más que la propia enfermedad.

El pasado martes 11 recibí el 7to. ciclo de quimio. Ya tengo detectados y controlados los efectos secundarios por eso hoy, lo que está como una montaña rusa...es mi estado de ánimo.

Desde el 23 de febrero hasta hoy...casi 6 meses después, mi cuerpo sigue aguantando, luchando, soportando, dándose ánimo a si mismo para llegar hasta el 1 de septiembre.

Ese día será la última vez que vaya a quimioterapia. Y estoy llegando a ese día casi arrastrándome porque necesito que esto termine ya.

Jamás pensé que la idea de terminar el tratamiento me diera miedo. Pero me lo da, porque se termina una fase muy dura y comienza otra, se supone que menos agresiva y que al menos por el momento, me curará.

Digo "por el momento" porque mi cáncer es invasivo y si bien el porcentaje de reincidencia es bajo, lo tengo. Pero esto...el miedo a que vuelva a aparecer es algo normal y le pasa a todo el mundo.

Yo no quiero preocuparme por eso ahora, pero soy consciente que hay días como hoy, en que mi cabeza es más débil que mi cuerpo.

Siempre creí que tenía un cuerpo flojo, pero he comprobado con todos los bombardeos de quimio, que no...que mi cuerpo es fuerte.

Ha aguantado todo, se ha manifestado exteriormente un poco, pero me gustaría saber como está por dentro. Miedo me da averiguar, pero insisto, hoy no es el día para eso. Mi cuerpo...aguantará.

Pero hoy no estoy bien de mis emociones.

Mi hermana se ha ido ayer, vuelvo a estar sola y estoy harta de estas separaciones transatlánticas.

He descubierto por suerte para mi, que no puedo estar sin los míos. He reconocido que ya no quiero estar más lejos de los que quiero y que no vale la pena nada, si no puedo compartirlo con ellos.

Ayer cuando salí del aeropuerto me propuse acortar el tiempo para regresar a mi casa.

Y hoy no estoy bien.

Y la gente me sigue diciendo en la calle ESTAS ESTUPENDA!. Y me molesta porque antes de tener cáncer...no me lo decían tan a menudo.

Sin darse cuenta, me recuerdan con esa frase que estoy enferma pero que...pese a todo me ven bien!.

Y no señores, no estoy bien. Tengo cáncer, llego 6 meses luchando para curarme, he intentado no perder el optimismo y ser positiva, no tengo pelo, mis uñas están negras, mi boca y mi garganta tienen llagas y la tristeza que siento es mucho más fuerte que cualquier otro síntoma.

Ojalá la gente dejara de decirme ESO.

En su lugar, me gustaría que sólo me preguntaran "como estás?". Así yo podría responder o no, explicar o no, contarles o no, pero no me gusta que den por sentado que todo está bien.

Porque esta situación no es fácil, pero yo podré con ella.

Hoy me he permitido tener un día triste. Llevo mucho tiempo riendo y animándome y hoy, no tengo ganas de hacerlo.

Y esto, también es bueno. Hay que permitirse estar triste, enojada, dolida, llorosa.

Mañana, será otro día y seguramente...yo volveré a estar muy optimista.

Pero no...hoy no estoy estupenda!.